En los últimos años la Astronomía ha conocido un desarrollo impresionante. Han contribuido a ello los avances en la investigación espacial, que nos han proporcionado un conocimiento del universo muy superior al conseguido tras siglos de paciente observación desde la superficie de la Tierra.

El mérito debe ser compartido también por los observadores terrestres, que han llevado a término un importante desarrollo tecnológico, tanto en la mejora de la calidad óptica de los telescopios, cómo en los métodos de detección y registro de datos.

La transmisión de todos estos logros al público en general, ha propiciado un aumento del interés por la Astronomía.