La mansión de Canterville está habitada por la familia Otis, el ama de llaves y un personaje muy peculiar: un fantasma que tiene más de trescientos años. Éste intenta por todos los medios causar a los Otis un susto tan terrible que los haga abandonar el lugar, pero los niños de la familia no están dispuestos a darle ese gusto.


El espectro está decidido a pelear hasta el final para demostrar que todavía tiene el toque tenebroso que le ha dado fama y lo ha hecho aterrorizar a mucha gente en el pasado.