El legado de Wilhelm (1786-1859) y Jacob (1785-1863) Grimm al mundo fueron los célebres cuentos tradicionales —entre los que se encuentran La cenicienta y La bella durmiente— que han habitado desde ese entonces la imaginación de los niños de todo el mundo. A raíz de la muerte del padre, la familia Grimm padeció graves dificultades económicas. Sin embargo, gracias al apoyo de una tía, los hermanos Grimm pudieron continuar sus estudios y matricularse en derecho. En la universidad, el joven Jacob recibió por parte de uno de sus profesores la encomienda de recopilar narraciones tradicionales, a partir de las cuales se pretendía escribir una serie de poemas que reflejaran el alma o el espíritu del pueblo alemán. Tras seis años de consultar fuentes orales y escritas, en 1812 se publicó Cuentos de niños y del hogar, cuyo éxito inmediato trajo consigo que sucesivas ediciones salieran a la luz, convirtiéndose en el libro alemán más editado y traducido de todos los tiempos.