Se encuentran en todos los hogares, ocultos en los rincones más inesperados: en el teléfono, dentro del armario o en el fondo del un espejo...
Sólo esperan el momento propicio para saltar sobre ti y complicarte la vida.

Hacen travesuras y toman tus cosas, te asustan y te perturban. Son los monstruos caseros.

Ohno, Berrinchella, Voracio, Sonambular el magnífico, Temblón Pichicato, Miópirus, y la terrible Quieroyaya son sólo algunos de los más perniciosos.

Conócelos y aprende cómo convertirlos en lindos monstruos domesticados.